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Derecho y algo más

Fragmento de la conferencia Prejuicios en los Negocios

Buenas tardes a todos, siempre es un gusto y además un honor regresar a mi alma mater. En la próxima hora hablaremos básicamente de prejuicios, solamente de prejuicios; y entonces la pregunta obligada que ustedes tendrían que hacer sería ¿Y esto de que diablos me va servir a mi? ¿Que tienen que ver los prejuicios en la administración de empresas? ¿A caso es una clase de ética o moral? En principio yo les diría que los prejuicios no necesariamente son malos, de hecho en cierto sentido y bajo ciertas circunstancias yo diría que son indispensables para el ser humano.

Verán, los prejuicios son justamente la asignación de un valor a un hecho, objeto o persona  teniendo como presupuesto una cantidad limitada de información. Básicamente son juzgar algo o a alguien en base a la información que disponemos (generalmente mínima).

Entonces ustedes pensaran ¿Cómo juzgar a alguien o a algo sin tener toda la información es algo bueno? Pues precisamente porque si no lo hiciéramos de esa manera se nos dificultaría actuar oportunamente; es decir, prejuzgar nos es útil, desde el momento en que a partir de que lo hacemos estamos en condiciones de actuar, sin tener que esperar a hacernos de  mayor información. Piensen por ejemplo en una persona que levanta su mando en dirección a ustedes con un gesto de amabilidad y sorpresa, solo a través de prejuzgar ese evento o la actitud de esa persona, podemos reaccionar rápidamente y entender que lo que ese individuo pretende es saludarnos justo a tiempo para poder responder ese saludo; de otro modo, tendríamos que hacer un análisis mucho mas profundo para determinar que significa la actitud de esa persona.

Así los prejuicios nos ayudan a actuar de una manera rápida cuando tenemos que hacerlo y nos organizan nuestro mundo de tal forma que es más fácil manipularlo; esta forma de comportarnos esta basada en una condición natural del ser humano de asimilar las cosas y relacionarlas entre si; por ejemplo tendemos a relacionar las canas con la vejes o la lluvia con los relámpagos, ¿Por que? Porque de esa manera respondemos mas oportunamente al ambiente que nos rodea.

Según estudios realizados por la universidad de Harvard, los seres humanos prejuzgamos a los demás las primeras milésimas de segundo que los vemos; al final de ese momento ya sabemos si una persona nos parecerá agradable o no, feliz o no, limpia o no y así todos lo adjetivos que ustedes quieran.

¿No me creen? Enseguida les voy a mostrar las siguientes imágenes, piensen que las personas que les voy a mostrar es un maestro de esta Universidad; por favor véanlos y dígame ¿Qué clase imparte? Y además ¿Como creen que será su clase?

Como ven, basta unos pocos segundos para que ustedes se den una idea de estas personas que, salvo una de ellas, ustedes no conocen. Ahora lo importante del tema no es que ustedes se hagan de una idea de la persona, sino que todos los actos de ella los trataran de encuadrar en la figura mental que ustedes se hicieron. Quien solamente tienen una martillo de herramienta, a todo lo ve cara de clavo.

Imagínese que yo me hago una idea positiva de alguno de ustedes, basándome solo en su apariencia física, cuando usted comente: me gustaría estar en mi casa leyendo, yo pensaré mira que estudiosa persona, debe ser buena alumna, muy dedicada. En cambio, si tengo una percepción mala de ustedes ¿Qué creen que diré? Esta muchacha que irrespetuosa, como es que quiere irse si está a la mitad de una conferencia.

Entonces lo que les diría hasta aquí es, ¿que dice su manera de vestir y comportarse de ustedes, que dice como profesionista? Por que les diré algo, la forma en que los demás los ven puede hacer que ustedes cambien su forma de actuar. Repítanle a un niño que es poco inteligente o que es malcriado y aunque no lo sea se convertirá en tal. Cada vez que se equivocan en lugar de decir que tonto soy, digan cometí un error, me equivoque.

Hasta aquí ustedes dirán: bueno que interesante, pero ¿Cómo tiene esto que ver en los negocios?, para eso les diré que según recientes investigaciones hechas por Mahzarin Banaji y Max Bazarman, el primero maestro de ética social en Harvard y el segundo profesor en Harvard Business School, descubrieron que aparte de los prejuicios que hacemos de manera consiente, existen otros que se albergan en nuestra inconsciencia, lo que podría generar que aún creyendo que nosotros no nos incomodan los homosexuales o las personas de color, en los hechos nos comportemos de forma diferente.

Existe un estudio muy interesante hecho por Tony Greewald de la Universidad de Washington, denominado Test de la asociación implícita, con este test se demostró que por ejemplo en México, aunque no se reconozca, la mayor parte de las personas se identifica con las personas de rasgos mas bien europeos, antes que con los mestizos, o que sin reconocerlo tenían cierta animadversión por los homosexuales.   ¿Quizá esto esplique el porque por ejemplo en EUA los bancos son mas proclives a otorgar créditos hipotecarios a los blancos que a personas de color. O que en México, aunque no se reconozca, las mujeres son discriminadas laboralmente por prejuicios.

Y es que el efecto de los prejuicios puede ser desastroso. En un estudio realizado por Claude Steele psicólogo de la Universidad de Stanford se pidió a universitarios de ambos sexos, todos diestros en matemáticas, que resolvieran problemas tomados de un examen de ingreso a los cursos de posgrado. Se formaron dos grupos; a uno de ellos se les dijo que el test mostraba diferencias de capacidad entre hombres y mujeres; al otro grupo no se le dijo nada.

Las mujeres del grupo que se les había hecho el comentario puntualizando el estereotipo, obtuvieron resultados mucho muy inferiores en relación con las del otro grupo. Evidentemente las mujeres del grupo al que no se le hizo comentario alguno, obtuvieron un resultado similar al del resto de los hombres.

Este experimento demostró que el ingrediente activo para disminuir las calificaciones de las mujeres era una ansiedad debilitante. Steele sostiene que esta ansiedad empeora ante el marco de trabajo imperativo que crea el estereotipo. Se interpreta que el nerviosismo habitual en una tarea difícil confirma la incapacidad de desempeñarse bien, lo cual amplifica el nerviosismo al punto que, efectivamente el desempeño sea pobre.

 Ahora otro factor es que generalmente exageramos nuestro meritos en relación con los demás, creemos que nuestro trabajo siempre es mejor, que damos de nosotros mismos mas de lo que hacen los demás y eso genera muchos problemas. En una investigación seguida por Max Bazarman se estudio a alumnos del MBA de Harvard, se les ordenó una tarea en equipos y luego al final se les preguntó cuanto del trabajo había sido desarrollado por ellos. Lo lógico era que la suma correspondiera al 100%, pero al sumar el esfuerzo que cada uno de ellos decían haber hecho se obtenía un resultado de 137%.

Y ustedes dirán ¿bueno esto en que puede afectar? En mucho, las personas que creen dar más, esperar recibir más, por eso siempre se dan problemas en cuanto a salarios y prestaciones. ¿Qué se puede hacer? Primero tratar de que las personas obtengan un plano de observación distinto en donde puedan valorar no sólo su labor sino la del resto de una manera mucho mas objetiva; segundo, evitar negociaciones en relación al salario y prestaciones de manera individual.

Fragmento de la conferencia dictada por el Maestro José Mario Charles Garza en la Universidad Autónoma de Baja California denominada "Prejuicio en los Negocios"

1 comentario

Claudia Zepeda V -

Sugiero como estudiantes que mas que un articulo se incluya como tema o un topico a enseñar este tipo de situaciones ya que como Contador y mujer lo considero no solo interesante sino tambien ya haberlo experimentado no solo como victima sino quiza tambien un poco como victamario incosciente pero igual si haberlo hecho. Y este tipo de articulos nos actualizan, nos intruyen, nos enseñan como profesionistas hechos y/o proximos a ser. Lo considero una herramienta practica pero la practica hace al Maestro.